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lipoescultura
Lipoescultura: Moldea y Realza Tu Silueta
La lipoescultura es un procedimiento de cirugía estética que permite eliminar depósitos de grasa localizada entre la piel y el músculo, con el objetivo de remodelar y armonizar el contorno corporal de forma permanente. Es importante destacar que este procedimiento no está diseñado para la pérdida de peso, sino para mejorar la forma y proporciones del cuerpo, eliminando cúmulos de grasa resistentes a dietas y ejercicio.
¿En qué consiste el procedimiento?
La lipoescultura se realiza bajo anestesia, que puede ser local con sedación o general, dependiendo de la extensión del área a tratar y las características individuales del paciente. Antes de la intervención, se lleva a cabo una evaluación médica completa, incluyendo un examen físico detallado y análisis de laboratorio, para asegurar que el paciente esté en condiciones óptimas para la cirugía.
Durante la cirugía, se realizan pequeñas incisiones en áreas estratégicas por donde se introducen cánulas finas conectadas a un sistema de aspiración. Estas cánulas permiten extraer el exceso de grasa de zonas específicas como abdomen, muslos, brazos, espalda, entre otras. Además, en algunos casos, la grasa extraída puede ser purificada e inyectada en otras áreas que requieran volumen adicional, como glúteos o caderas, en un proceso conocido como lipoinyección o transferencia de grasa.
Cuidados postoperatorios
Para garantizar una recuperación adecuada y obtener los mejores resultados, es fundamental seguir las siguientes recomendaciones:
Uso de faja de compresión: Es esencial utilizar una faja postoperatoria durante al menos cuatro semanas. Esta prenda ayuda a reducir la inflamación, adaptar la piel al nuevo contorno y acelerar el proceso de cicatrización.
Movilización temprana: Se recomienda iniciar caminatas suaves tan pronto como sea posible, según la tolerancia del paciente. La deambulación temprana favorece el drenaje de líquidos y disminuye el riesgo de trombosis venosa profunda.
































Higiene adecuada: Mantén las áreas tratadas limpias y secas. Evita mojar los vendajes durante el tiempo estipulado por el especialista. Prefiere las duchas en lugar de baños de inmersión, protegiendo las heridas para que se mantengan secas.
Evitar calor excesivo: Durante las primeras dos semanas, evita saunas, baños calientes y exposiciones prolongadas al sol, ya que el calor puede aumentar la inflamación y causar incomodidad.
Medicación: Toma los analgésicos y antibióticos prescritos según las indicaciones médicas para controlar el dolor y prevenir infecciones.
Alimentación e hidratación: Mantén una dieta equilibrada y bebe abundante agua y zumos naturales para favorecer la eliminación de toxinas y una recuperación más rápida.
Evitar el consumo de tabaco y alcohol: Durante las primeras 48 horas, es recomendable abstenerse de fumar y beber alcohol, ya que pueden interferir con el proceso de cicatrización.
Asistencia a controles médicos: Acude a todas las citas de seguimiento programadas para que el especialista evalúe tu progreso y realice las recomendaciones necesarias.